dimecres, 7 d’abril del 2010

Acte II: Escena I

(Misma escenografía que en la primera escena del Acto I, la gran Luna es ahora decreciente, y Alfred, con una rosa blanca en la mano, en escena, solo).

ALFRED (melancólico): ¡Ay! Amada mía… En tu ausencia los días se me eternizan, el minutero de mi corazón da un paso hacia adelante y dos hacia atrás en tu contrarreloj espera… Y cuando… ¡al fin!, llega la oscura y ansiada noche, donde las estrellas tu luz intentan eclipsar y las groseras nubes tu resplandeciente palidez ocultar, donde por fin eres mía y yo soy tuyo, aunque normalmente yo soy tuyo y tú no eres mía. Mi sosegado corazón palpita febrilmente anhelando escapar del yugo y las cadenas que mi pecho y arterias le suponen… ¡Ay!...

(Cabizbajo se pasea por el escenario y cuando queda mirando hacia la derecha, después de varias vueltas, se para un momento, suelta la rosa y sale de escena y por el otro lado entra la Chica)

CHICA: (Indignada) ¡Será posible! Llego tarde… (Ahora decepcionada) Argh… hoy que he conseguido escabullirme furtivamente de mi, por lo que parece cada vez menos, queridito maridito… (Se fija en la rosa y la recoge sorprendida) Que hermosa y pura flor, de un blanco puro, símbolo del puro amor, (huele) ¡y como mínimo no huele a puro! (Con cada me quiere, su le ilumina la cara de alegría y con cada no me quiere, entristece) (Arranca un pétalo) Me quiere… (Arranca otro) No me quiere… (Arranca otro) Me quiere… (Arranca otro) No me quiere… (Aumenta cada vez más y más la velocidad de arranque) Me quiere no me quiere me quiere no me quiere me quiere no me quiere (hasta que esto parece ser un frenético “mqerenoqere”) “Mqerenoqeremqerenoqere mqerenoqere” (y se para cuando sólo le quedan dos pétalos, arranca el penúltimo) No me quiere… (Ilusionada arranca el último pétalo, se pone a hacer saltitos y a dar vueltas por el escenario) ¡Me quiere! ¡Oh Dios mío, me quiere! ( al cabo de un breve instante de euforia, de golpe, se da cuenta que está haciendo el ridículo, para en seco, se coloca el vestido y se acicala un poco, y tapándose la cara, ruborizada, vuelve por donde ha entrado).


dimarts, 24 de novembre del 2009

Acte I: Escena V

(Misma escenografía de la escena I i II, de noche, pero completamente a oscuras sólo con la luz de la farola, en escena está Alfred, sentado, apoyando la espalda en la farola. Mientras él habla, mirando al público, mujeres con vestidos, pero ninguno de color blanco, pasan delante de él, entre el publico i él.)

ALFRED: (Se levanta, y esquiva a las mujeres) Amada mía, ¿te dignarás esta noche a volver a mostrar tu sobrenatural belleza, tu pureza lunar? No perderé la esperanza. Dicen que es lo último que se pierde, aunque yo estoy en total desacuerdo con esos ignorantes... (Coge a una chica por el brazo y le dice) ¡La vida!

(La chica se suelta y se va andando con la cabeza bien alta, él se coloca justo delante del público, las chicas siguen pasando, detrás de él, pero con menos frecuencia)

>> ¡Malditos bastardos! Jodidos hipócritas, ¡La vida es lo único que uno realmente posee! Si te arrebatan eso, ya puedes tener esperanzas de volver a levantarte, ¡Que muerto darás contar la tapa!

(Después de decir esto, se queda arrodillado, tapándose la cara con el brazo. Todas la chicas salen de escena. Aparece la Chica, con su vestido blanco, se le acerca y le pincha un poco con el paraguas plegado, él la mira y de un bote se pone en pie y se acicala un poco... aparece la luna, grande como en la escena II, detrás de la Chica y la escena se ilumina)

>>Oh, ¡Es usted!(le hace una reverencia, quitándose el sombrero mostrando un pelo despeinado) Dichosos los ojos que logran ver su magnificencia amada mía...

CHICA: No sea adulador, que no le servirá de nada.

ALFRED: ¡Ah! Es usted, yo me refería a la dama de blanco...

CHICA: ¿¡Y yo voy de verde!? (Idiota)

ALFRED: ¡A la luna! ¿Es siempre usted tan egocéntrica?

CHICA: ¡No le conozco pero le odio!

ALFRED: ¿Sabe? Del amor al odio solo hay un paso, y yo he tropezado con su encanto.

CHICA: Ahora a quien os referís ¿A mí o a la luna?

ALFRED: ¿¡Y eso que importa!? Calle y béseme

CHICA: (indignada) ¡Antes besaría a un sapo!

ALFRED: ¿Croak?

CHICA: Idiota (le besa)

(Se cierra el telón, fin del primer acto)

Acte I: Escena IV

(Misma habitación, entra en escena el Sr. L, un hombre gordo y con un peculiar bigote, que lleva puesto un bombín y un pijama largo de color blanco, por la puerta situada en el fondo de la sala)

SR. L: ¡¿Qué es ese escándalo mujer?! ¿Y que demonios haces aún despierta? ¡Y en paños menores!

CHICA:(se da la vuelta para mirar de frente al hombre) Oh, ¡querido!, lo siento, lo siento mucho! Ya sabes cómo me distraigo cuando leo una buena obra, y bien... se me ha pasado la noche volando y...

SR. L: (enfadado) ¡No quiero tus sucias mentiras!, anoche oí la puerta, era tarde, de madrugada, ¿¡Qué hacías fuera!?

CHICA: (temerosa) Sabes de sobra que mi mente no me permite dormir por las noches, y fui a dar un paseo para que me diera el aire. Cuando llegué, me fue imposible volver a meterme en la cama, estaba calada hasta los huesos y tuve miedo de despertarte...

SR. L: (más tranquilo) Hum... bueno, esta vez pasa, pero ¡Que no se vuelva a repetir! ¿Entendido, mujer?

CHICA: Claro querido (Se le acerca y le da un beso en la mejilla)

SR. L: Ahora ve y arréglate, hoy es domingo y quiero pasear por el parque un poco, ya sabes que me lo recomendó el médico...

CHICA: Si querido... (Sale por la puerta por la que ha entrado el Sr. L)

(El Sr. L, saca una campanilla y la hace sonar, luego cierra la puerta del dormitorio y espera, no pasa nada, vuelve ha hacer sonar la campanilla, esta vez con más insistencia, y finalmente aparece una joven muchacha, con ropa de doncella (vestido corto y negro y delantal blanco con cofia a juego), que entra por el lado opuesto de la pared de la ventana, y se planta en frente del Sr. L)

DONCELLA: Usted dirá mí muy señor mío...

SR. L: Recoge ese libro, y esta tarde no busques ningún compromiso, tenemos que saldar cuentas...

DONCELLA: Pero... ¿Esta tarde Sr.? Es domingo, día del señor, no día de pecado...

SR. L: ¡En pecado fuiste concebida y en pecado vivirás! Ahora ve y dile al cocinero que prepare el almuerzo.

DONCELLA: Sí mi señor... (Dicho esto se da la vuelta, y se va, justo al darse la vuelta, el Sr. L le da un cachete en la nalga, que suena como una bofetada. Ella se queda quieta impasible, un momento y luego se va por donde ha venido y el Sr. L entra por la puerta del dormitorio)

Acte I: Escena III

Villa L., empieza a amanecer, una casa con gran lujo y bien amueblada, luces de óleo aún están encendidas, la Chica se encuentra en enaguas, sentada, con un libro, pero no parece mostrarle gran interés, pues mira constantemente por la ventana, situada a la izquierda de la escena.

CHICA: ¡Virgen Santísima! Por el amor de Dios, ¿por qué la imagen de ese hombre causa tantos estragos en mi integridad? ¿Cómo alguien de esa calaña puede perturbar mi culta mente? ¿Será la luna, que con su fuerza gravitatoria, que mueve las mareas, ha movido también mi corazón, descolocándolo de su inaccesible y bajo llave guardado interior? ¿No debería estar en ese sitio mi esposo? (se levanta de la butaca, deja el libro en ella y se acerca a mirar por la ventana, los rayos de sol entran en un ángulo de 45 grados, la abre) Sol, símbolo de razón, ¡Ilumina mi turbado corazón y ahuyenta sus temores!

Acte I: Escena II

(Se abre el telón, otra calle, con la misma farola)

ALFRED: Oh, la lluvia ha cesado... (Se ve la Luna, llena y brillante, increíblemente grande, tocando los tejados, en el cielo) (Se acerca a la farola y cogido a ella, da un par de vueltas y paseando por la calle distraído, con voz melancólica, recita) En el majestuoso conjunto de la creacion, nada hay que me conmueva tan hondamente, que acaricie mi espíritu y dé vuelo desusado a mi fantasía como la luz apacible y desmayada de la luna. Tú, amor extraño, incógnito, amargo y lejano, como la luna brillas y la soledad es muy hermosa... cuando se tiene alguien a quien decírselo.

(Sale de escena, por el otro lado contrario del que ha llegado)

Acte I: Escena I

Noche cerrada, llueve, pero poco, un hombre con un sombrero de copa y una mujer con un vestido blanco y un paraguas chocan en la calle. Hay una farola en la otra acera que ilumina la escena.

HOMBRE DEL SOMBRERO DE COPA: ¡Disculpe señora!

CHICA: Querrá decir señorita, ¡y mire por dónde pisa!

HOMBRE DEL SOMBRERO DE COPA -¡Oh! Lo siento mucho, estaba distraído contemplando...

CHICA -¿¡Las musarañas!?

HOMBRE DEL SOMBRERO DE COPA -No... la luz de la luna, su esplendor y su belleza...(Mientars dice esto pierde la vista en el cielo)

CHICA-Usted es un tipo raro ¡¿No ve que hoy hay nubes!?

HOMBRE DEL SOMBRERO DE COPA (a gritos) -¿Raro? ¡Consiento que me llamen excéntrico pero no raro!(Con voz cada vez más suave) Que no sea visible no significa que no esté allí, escondida, tímida y blanca, con su resplandor translúcido (mira a la chica). Sí, blanca y bonita... como usted.

CHICA- Me hará sonrojar caballero... (Dice timida mientras agacha la cabeza)

HOMBRE DEL SOMBRERO DE COPA: Si se sonroja ya no será bonita

CHICA: (Enfadada) ¡Es usted un maleducado y un patán!

HOMBRE DEL SOMBRERO DE COPA: ¿Y cómo os llamais, joven (aunque no tan aparentemente joven) damisela?

CHICA: No es de su incumbencia (se gira y se va)

HOMBRE DEL SOMBRERO DE COPA: ¡Serà mal educada! ¡Se va y no se despide! Adiós muy buenas y... ¡Pudrase!... ¡Mi nombre es Alfred! (le grita mientras ella sale de escena) ¡Alfred Winger!

(Alfred se agacha y recoje un pañuelo del suelo, con una iniciales bordadas)

ALFRED: A.L... ¡Éste es el nombre de mi amada! ¡Y a la luna pongo por testigo, que la encontaré, y un día (o noche) será mía!

(sale de escena por el lado contrario que la chica)