(Misma escenografía que en la primera escena del Acto I, la gran Luna es ahora decreciente, y Alfred, con una rosa blanca en la mano, en escena, solo).
ALFRED (melancólico): ¡Ay! Amada mía… En tu ausencia los días se me eternizan, el minutero de mi corazón da un paso hacia adelante y dos hacia atrás en tu contrarreloj espera… Y cuando… ¡al fin!, llega la oscura y ansiada noche, donde las estrellas tu luz intentan eclipsar y las groseras nubes tu resplandeciente palidez ocultar, donde por fin eres mía y yo soy tuyo, aunque normalmente yo soy tuyo y tú no eres mía. Mi sosegado corazón palpita febrilmente anhelando escapar del yugo y las cadenas que mi pecho y arterias le suponen… ¡Ay!...
(Cabizbajo se pasea por el escenario y cuando queda mirando hacia la derecha, después de varias vueltas, se para un momento, suelta la rosa y sale de escena y por el otro lado entra la Chica)
CHICA: (Indignada) ¡Será posible! Llego tarde… (Ahora decepcionada) Argh… hoy que he conseguido escabullirme furtivamente de mi, por lo que parece cada vez menos, queridito maridito… (Se fija en la rosa y la recoge sorprendida) Que hermosa y pura flor, de un blanco puro, símbolo del puro amor, (huele) ¡y como mínimo no huele a puro! (Con cada me quiere, su le ilumina la cara de alegría y con cada no me quiere, entristece) (Arranca un pétalo) Me quiere… (Arranca otro) No me quiere… (Arranca otro) Me quiere… (Arranca otro) No me quiere… (Aumenta cada vez más y más la velocidad de arranque) Me quiere no me quiere me quiere no me quiere me quiere no me quiere (hasta que esto parece ser un frenético “mqerenoqere”) “Mqerenoqeremqerenoqere mqerenoqere” (y se para cuando sólo le quedan dos pétalos, arranca el penúltimo) No me quiere… (Ilusionada arranca el último pétalo, se pone a hacer saltitos y a dar vueltas por el escenario) ¡Me quiere! ¡Oh Dios mío, me quiere! ( al cabo de un breve instante de euforia, de golpe, se da cuenta que está haciendo el ridículo, para en seco, se coloca el vestido y se acicala un poco, y tapándose la cara, ruborizada, vuelve por donde ha entrado).